Inspirado en el árbol Ficus Cotinifolia, Un árbol común en la península de Yucatán. Conocido por sus raíces aéreas extensas y su estructura ramificada. Las raíces aéreas y expandidas simbolizan la conexión con la tierra, mientras que el tronco y sus ramas extendidas reflejan la resiliencia y la capacidad de crecer hacia la luz. Cada fibra entrelazada plasma pensamientos y emociones, representan un viaje y una historia, lo que ha marcado un hito en mi evolución como persona y como Artista. Esta obra es también un homenaje al bambú, quien me ha acompañado a lo largo de este viaje, y lo que me ha mantenido, así como el, en constante expansión, autoconocimiento y conexión con la tierra. El tejido está compuesto por fibras de la especie Bambusa Multiplex, haciendo uso de una técnica de tejido aleatorio llamado “junta perdida”, donde cada fibra fue transformada a mano.